La gastronomía murciana está ganando cada vez mayor relevancia. El presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras ha explicado que “está en uno de sus mejores momentos. El producto siempre ha destacado por su calidad, pero somos mucho más que la huerta de Europa”.
“La gastronomía es el segundo producto turístico que más valoran los turistas que nos visitan, después del turismo de sol y playa. Y 8 de cada 10 reconocen que una de las principales motivaciones que les ha llevado hasta la Región de Murcia es precisamente la gastronomía”.
Una de las razones que ha hecho posible este reconocimiento de la riqueza culinaria, como Capital Española de la Gastronomía 2021, es la apuesta decidida por situar la gastronomía como eje vertebrador y polo de atracción del turismo nacional e internacional, quien visita la Región de Murcia atraído por su clima y sus playas, pero también por sus destinos de interior, con una gran oferta de alojamientos rurales por toda la Región o por el producto cultural que ofrecen los destinos de ciudad, especialmente Murcia, Cartagena, Lorca y Caravaca de la Cruz.
El objetivo de la Región de Murcia este año en el que ostenta la capitalidad gastronómica es reafirmarse como destino gastronómico pero sin renunciar a prolongarlo en el tiempo con diferentes acciones de gran recorrido. En este sentido, la Región ha creado su propia marca de calidad ‘1.001 Sabores’, que pone de manifiesto la variedad y riqueza de los 45 municipios que forman la Comunidad Autónoma. “Seguiremos apostando por la gastronomía en todas sus vertientes, porque nuestra cocina nos define y habla de nuestro origen, tradición y raíces”, concluye el presidente del Ejecutivo Regional.
Para esta ocasión especial, el chef Pablo González creó un menú degustación en forma de recorrido por el mar, el interior y la huerta murciana, maridado con vinos D.O. Yecla.
Empezando con un Mars de hueva de mújol, para continuar con un pescado de la Encañizada en escabeche de zanahoria, ya que es el método de conservación más típico del Mediterráneo.
También degustamos un plato muy tradicional, como es el caldero de dorada y langostino del Mar Menor -explica el chef-. Los salazones estuvieron igualmente presentes, ya que son otra de nuestras señas de identidad, en forma de homenaje al antiguo Imperio Romano. Seguimos con un marmitaco de morrillo de atún rojo, sobre una hoja de shiso, en forma de taco, y con un mollete de cabrito lechal, que es un pan al vapor relleno de las chapinas (mollejas), muy típicas en la Región de Murcia o con nuestro “Campo de crucíferas”: un embutido de la zona, el chiquillo, con puré de coliflor, tierra de coliflor y diferentes microverduras de la huerta murciana.
Después, Gazpachos del altiplano: un plato tradicional de la cocina de La Mancha y de la zona del altiplano murciano, como Yecla y Jumilla, con un caldo de caza y setas con un paté de interiores de liebre y aves como paloma o pichón acompañado con un pan de lentejas, anchoa y miel. Para terminar, Chato murciano (nuestro cerdo autóctono), con su carrillera y papada. Y el final dulce fue nuestro Asiático, el café típico de la zona de Cartagena, en forma de postre, con diferentes texturas: cremoso, helado o gelatina”.